Hola a todos, a continuación podéis leer los cuentos ganadores realizados por los alumnos de 1º A y 1º B de ESO
AMIGAS HASTA LA MUERTE
Era un martes más en el instituto
Richwill, las dos amigas Marta y Yasmín continuaban hablando sobre el tema que
Marta no conseguía sacarse de la cabeza. Aquel chico, aquel perfecto chico de
ojos verdes y cabello castaño de un curso superior al suyo, capitán del equipo
de fútbol; era la persona que Marta deseaba conocer. Yasmín fue animando a su
amiga entusiasmada a que hablara con él, pero hasta entones no fue capaz de
hacerlo. Un día, Yasmín le dijo a su amiga, a la que no le gustaba salir a
ningún sitio: -Marta, mañana iremos a tomar un helado. Si te vienes te haré los
deberes de Historia, -¿seguro? Está bien- contestó Marta. Yasmín había
invitado, al igual que a Marta, a Daniel. Por el contrario que su amiga, esta
conocía al chico de hace unos años, pero no le había dicho nada, ya que Marta
la amenazó diciéndole que no se acercara a Daniel. El día del encuentro se
vieron Marta y Yasmín allí.-Ya nos podemos ir, ¿no?-preguntó Marta cuando llegó
Daniel. Esta se sorprendió cuando su amiga contestó:-¡Sorpresa...!-dijo Yasmín
intentando no asustar demasiado a su amiga. El chico tampoco sabía el plan de
Yasmín, cosa que no le hizo mucha gracia. Marta pensó en milésimas de segundo y
comprendió que lo podría conocer. -Venga, ¿vamos ya?-dijo ocultando su
entusiasmo. -¿De veras?-contestó Yasmín. Daniel no dijo nada en toda la tarde.
Iba al lado de Yasmín y Marta junto a él. Fueron al parque, a las tiendas y,
claro, a la heladería. Cada hora que pasaba, el chico estaba más y más serio.
Incluso una vez les dijo que iba un momento al baño, pero lo vieron esconderse
en dirección contraria. Iba de negro con una chupa de cuero y unas gafas de
sol, aunque estaba nublado. Nos pareció sospechoso y decidimos vigilarle. Llamó
por teléfono y preguntó por un tal Frederick Strogof. Estuvieron unos minutos
hablando, pero fue difícil entender lo que decían sin que las viera. Según
Marta, dijo su nombre, pero no sabían si asustarse o dejar que Marta se
emocionara. Cuando la conversación había finalizado regresaron corriendo a
donde estaban para no levantar sospechas. En el momento que volvió intentó
pasar desapercibido, y continuaron dando aquel paseo por el parque. De repente
Daniel se paró de golpe y les dijo si querían ir a un sitio alucinante -¡Por
supuesto!-dijeron las amigas. -¿Dónde?, -eso dejármelo a mí-dijo él. Pasaron
por un montón de callejones oscuros, pero cada vez que preguntaban les decía
que todo iba bien. Llegaron a un sitio oscuro y apartado de la gente. Al
momento cambió su cara y sacó un cuchillo de la chaqueta. Ellas intentaron
escapar, pero las metió en una habitación y solo se escuchó gritar a Marta.
Llevó un saco a la parte de atrás y no se ha vuelto a ver a las chicas. Pasaron
unos días y se llamó a la policía. Con la información de las amigas y las
huellas encontradas llegaron hasta Daniel. No se molestó en defenderse y fue
detenido. Al abrir el saco, familiares y amigos lloraban con las cabezas bajadas.
Aquella imagen dejó afectada a mucha gente. Las chicas seguían agarradas de la
mano. Eran para siempre, amigas hasta la muerte.
O. Hernández, M. Navarro, D. Martínez (1ºB)
MI PEQUEÑO KRASTY
El
pequeño Krasty es un niño huérfano, sólo y tímido. Su madre murió al dar a luz
y su padre cumple una condena en Rusia por traficar con drogas.
Desde pequeño estuvo en el horfanato. Siempre soñó
con una hermosa familia y amigos. A los seis añitos mi marido y yo lo
adoptamos. Nosotros nos llamamos Cartel y Juliet. Yo, Juliet, no puedo tener
hijos, así que decidí adoptar. Krasty sentía cómo la felicidad invadía su
corazón. ¡Tenía una familia!
Un
día, saliendo del colegio, Krasty no nos encontraba, nos habíamos retrasado.
Krasty estaba desesperado, cuando se le
acerca un coche brillante, blindado y oscuro.
Un
hombre bajó del coche.
-¡Eh,
chaval, sube al coche! – dijo el hombre.
-¡No!
Tengo que esperar a mis padres – respondió.
-¡Ja,
ja, ja! .Tus padres me han dicho que te recoja.
Krasty,
al ser pequeño, no se dio cuenta de que era mentira y le querían raptar.
Llegamos
al colegio y, al no encontrarle, nos asustamos.
Conducidos
por la angustia y desesperación, llamamos a la policía, a los bomberos, a la
ambulancia…
Pasaron
tres días y no había señales de vida de nuestro hijo. Cartel contrató a un
detective. Este siempre iba acompañado por su perro, según él, era su única
familia.
Pasaron
dos días y no había señales ni pruebas. De repente: ¡ring, ring! Sonó el
teléfono. Contestó el detective y ¡se
trataba del criminal! .Este quería dinero
a cambio de Krasty. Nosotros aceptamos la propuesta pero había una condición,
sólo podíamos ir nosotros y el detective a hacer el intercambio.
Ya
era el gran día, por fín veríamos a Krasty. Fuimos al monte donde habíamos
quedado. Nos encontramos cara a cara con el criminal. El detective le tiró a sus
pies la bolsa con dinero y este soltó a Krasty. Él salió corriendo hacia
nosotros y cuando estaba a punto de abrazarle: ¡Pum! Una bala atravesó su
pecho. Krasty cayó al suelo y soltando una lágrima se despidió de nosotros y…. murió.
Hoy
hace cinco años de tu horrorosa tragedia y ese animal que te causó la muerte
sigue suelto. Yo, Juliet, vengaré tu muerte. ¡Te quiero mi pequeño Krasty!
J. Manzaneres, T. Fernández, A. Rosales (1ºA)
AMIGAS HASTA LA MUERTE
Era un martes más en el instituto
Richwill, las dos amigas Marta y Yasmín continuaban hablando sobre el tema que
Marta no conseguía sacarse de la cabeza. Aquel chico, aquel perfecto chico de
ojos verdes y cabello castaño de un curso superior al suyo, capitán del equipo
de fútbol; era la persona que Marta deseaba conocer. Yasmín fue animando a su
amiga entusiasmada a que hablara con él, pero hasta entones no fue capaz de
hacerlo. Un día, Yasmín le dijo a su amiga, a la que no le gustaba salir a
ningún sitio: -Marta, mañana iremos a tomar un helado. Si te vienes te haré los
deberes de Historia, -¿seguro? Está bien- contestó Marta. Yasmín había
invitado, al igual que a Marta, a Daniel. Por el contrario que su amiga, esta
conocía al chico de hace unos años, pero no le había dicho nada, ya que Marta
la amenazó diciéndole que no se acercara a Daniel. El día del encuentro se
vieron Marta y Yasmín allí.-Ya nos podemos ir, ¿no?-preguntó Marta cuando llegó
Daniel. Esta se sorprendió cuando su amiga contestó:-¡Sorpresa...!-dijo Yasmín
intentando no asustar demasiado a su amiga. El chico tampoco sabía el plan de
Yasmín, cosa que no le hizo mucha gracia. Marta pensó en milésimas de segundo y
comprendió que lo podría conocer. -Venga, ¿vamos ya?-dijo ocultando su
entusiasmo. -¿De veras?-contestó Yasmín. Daniel no dijo nada en toda la tarde.
Iba al lado de Yasmín y Marta junto a él. Fueron al parque, a las tiendas y,
claro, a la heladería. Cada hora que pasaba, el chico estaba más y más serio.
Incluso una vez les dijo que iba un momento al baño, pero lo vieron esconderse
en dirección contraria. Iba de negro con una chupa de cuero y unas gafas de
sol, aunque estaba nublado. Nos pareció sospechoso y decidimos vigilarle. Llamó
por teléfono y preguntó por un tal Frederick Strogof. Estuvieron unos minutos
hablando, pero fue difícil entender lo que decían sin que las viera. Según
Marta, dijo su nombre, pero no sabían si asustarse o dejar que Marta se
emocionara. Cuando la conversación había finalizado regresaron corriendo a
donde estaban para no levantar sospechas. En el momento que volvió intentó
pasar desapercibido, y continuaron dando aquel paseo por el parque. De repente
Daniel se paró de golpe y les dijo si querían ir a un sitio alucinante -¡Por
supuesto!-dijeron las amigas. -¿Dónde?, -eso dejármelo a mí-dijo él. Pasaron
por un montón de callejones oscuros, pero cada vez que preguntaban les decía
que todo iba bien. Llegaron a un sitio oscuro y apartado de la gente. Al
momento cambió su cara y sacó un cuchillo de la chaqueta. Ellas intentaron
escapar, pero las metió en una habitación y solo se escuchó gritar a Marta.
Llevó un saco a la parte de atrás y no se ha vuelto a ver a las chicas. Pasaron
unos días y se llamó a la policía. Con la información de las amigas y las
huellas encontradas llegaron hasta Daniel. No se molestó en defenderse y fue
detenido. Al abrir el saco, familiares y amigos lloraban con las cabezas bajadas.
Aquella imagen dejó afectada a mucha gente. Las chicas seguían agarradas de la
mano. Eran para siempre, amigas hasta la muerte.
O. Hernández, M. Navarro, D. Martínez (1ºB)
MI PEQUEÑO KRASTY
El
pequeño Krasty es un niño huérfano, sólo y tímido. Su madre murió al dar a luz
y su padre cumple una condena en Rusia por traficar con drogas.
Desde pequeño estuvo en el horfanato. Siempre soñó
con una hermosa familia y amigos. A los seis añitos mi marido y yo lo
adoptamos. Nosotros nos llamamos Cartel y Juliet. Yo, Juliet, no puedo tener
hijos, así que decidí adoptar. Krasty sentía cómo la felicidad invadía su
corazón. ¡Tenía una familia!
Un
día, saliendo del colegio, Krasty no nos encontraba, nos habíamos retrasado.
Krasty estaba desesperado, cuando se le
acerca un coche brillante, blindado y oscuro.
Un
hombre bajó del coche.
-¡Eh,
chaval, sube al coche! – dijo el hombre.
-¡No!
Tengo que esperar a mis padres – respondió.
-¡Ja,
ja, ja! .Tus padres me han dicho que te recoja.
Krasty,
al ser pequeño, no se dio cuenta de que era mentira y le querían raptar.
Llegamos
al colegio y, al no encontrarle, nos asustamos.
Conducidos
por la angustia y desesperación, llamamos a la policía, a los bomberos, a la
ambulancia…
Pasaron
tres días y no había señales de vida de nuestro hijo. Cartel contrató a un
detective. Este siempre iba acompañado por su perro, según él, era su única
familia.
Pasaron
dos días y no había señales ni pruebas. De repente: ¡ring, ring! Sonó el
teléfono. Contestó el detective y ¡se
trataba del criminal! .Este quería dinero
a cambio de Krasty. Nosotros aceptamos la propuesta pero había una condición,
sólo podíamos ir nosotros y el detective a hacer el intercambio.
Ya
era el gran día, por fín veríamos a Krasty. Fuimos al monte donde habíamos
quedado. Nos encontramos cara a cara con el criminal. El detective le tiró a sus
pies la bolsa con dinero y este soltó a Krasty. Él salió corriendo hacia
nosotros y cuando estaba a punto de abrazarle: ¡Pum! Una bala atravesó su
pecho. Krasty cayó al suelo y soltando una lágrima se despidió de nosotros y…. murió.
Hoy
hace cinco años de tu horrorosa tragedia y ese animal que te causó la muerte
sigue suelto. Yo, Juliet, vengaré tu muerte. ¡Te quiero mi pequeño Krasty!
J. Manzaneres, T. Fernández, A. Rosales (1ºA)
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